En su obra, Muriel hace gala de su fascinación por esa isla mítica que es la Atlántida, conocida como Manu por los egipcios. "Mi novela tiene mucho de ambientación histórica porque parte de pasajes documentados en Egipto y Mesopotamia, y a partir de ellos fabulo para recrear la Atlántida, esa tierra de Poniente que Platón situara entre Europa y África en la que fraguó una civilización maravillosa", explica Muriel, quien echa mano como pretexto para su viaje la biografía real del egipcio Weni Imhotep, inventor de la primera pirámide egipcia, relevante maestro de obras y médico "al que los romanos llegarían a divinizar".

El autor explica de alguna manera el portento de Imhotep en su travesía de mocedad, que le llevó hasta esa misteriosa Manu, de donde, cual esponja, se embebió de tantos conocimientos y avances desarrollados. "Allí refuerza sus conocimientos de arquitectura al ser testigo de unos modos de construcción distintos que después, a su vuelta a Egipto, desarrollaría con éxito", detalla. Mas no se trata propiamente de la biografía del talentoso egipcio, sino de relatar las tribulaciones que deberá afrontar durante su estancia en la Atlántida, tan accidentada y llena de aventuras que le llevarán, por gratitud y amistad, a aliarse con un singular grupo de ladrones.

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