CARECÍAN de boca para emitir sonidos y
se movían a intervalos. Así debe ser un mundo sin
vocales, formado sólo por consonantes, como las
máquinas asesinas, bichos vivientes que con la
descripción que abre este artículo presenta el
novelista novel José Ángel Muriel, matemático de
formación, informático de oficio, en su libro
Ladrones de Atlántida.
Siempre contemplé con absoluta indiferencia los
avances tecnológicos en la ingeniería
automovilística: a la fuerza ahorcan y gracias a
una avería aprendí que la junta de culatas no era
un gobierno en la sombra de militares chilenos
adictos a Pinochet. Pero con casi veinte años de
currículum como conductor, todavía no sé muy bien
qué es el chasis o qué produce el reprís. No
distingo un Focus de un Mondeo, me quedé anclado
en el Gordini y el Dos Caballos. Toda esa inopia
hacia la máquina contrasta con la afición que
siempre, desde muy chico, tuve a jugar con las
matrículas de los coches. La desaparición de las
abreviaturas provinciales mermó las leyendas
geográficas, imaginar las tortuosas carreteras que
ese coche había atravesado desde Pontevedra (PO) o
desde Santander (S) hasta su destino.
Se ha puesto en marcha un nuevo sistema de
matriculación de vehículos que va en la línea de
esas máquinas asesinas. La burocracia ha eliminado
las vocales y el sistema de identificación
consiste en un número de cuatro cifras y tres
letras, todas ellas consonantes. Pensaba que era
una satisfacción a una demanda de los
nacionalismos, PNV, BNG, hasta que Esquerra
Republicana (ERC) me tiró la tesis por la borda.
Estos coches sin vocales son una metáfora de
ZP, que habla con todo el mundo y con nadie se
entiende. Aurelio, Aureliano, Aceituno son nombres
propios con las cinco vocales. El primero que yo
conocí fue mi amigo Audelino García, compañero de
colegio, vecino de pupitre, originario de San
Lorenzo de Calatrava, pueblo manchego que tendrá
su parte alícuota de centenario del Quijote. Así
sea, Dulcinea. Cuatro esquinitas, cinco vocales.
Son el alma de las palabras. Todo en el hogar se
cuenta en vocales: el llanto, la risa, el hambre,
la gula, el orgasmo, la euforia, la ira. Las
vocales se visten con consonantes cuando salen a
la calle para no pasar frío. Y uno, viendo pasar
los coches con abrigos sin cuerpo, consonantes sin
vocales, sinsonantes, juega al damero de completar
las palabras mientras pasan los coches. Cnj=
canijo, alias con el que fueron conocidos Alfonso
Guerra o Rafael Gordillo. Cby= Cobaya. Bhm=
Bahamonde o Bahamontes. Cgj= Cagajón. Bpd= Bípedo.
Bcl= Bacalao. Cvz= Cerveza. Cms= Camisa. Bnz=
Bonanza. Bts= Batusi. Crv= Caravana. Dkt=
Dekathlón. Crj= Carajo, que en gallego debe ser la
palabra más pronunciada desde el pasado 19 de
junio. Gane quien gane, Fraga o Touriño, manda
Carallo. Todos los candidatos gallegos usando la
analogía del Celta y al final quien va a resolver
el jeroglífico va a ser el Pontevedra.
Un día de éstos, Audelino García se va a juntar
en Macondo con Aureliano Buendía. Huyendo de los
bichos sin boca que se mueven a intervalos. PSV
contra CSK.