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Apostillas y notas del autor

La mitología de Aztlan

Finalmente, queda claro que los Kuh-Chooh pertenecían a una raza alienígena procedente del sistema estelar triple de Sirio (los investigadores franceses D. Benest y J. L. Duvent confirmaron en 1995 que la estrella más brillante del firmamento, localizada a unos 8,7 años luz de la Tierra, es, en verdad, un sistema formado por tres estrellas, donde Sirio C es una enana roja) que dominaba una tecnología superior, aplicable independientemente de los recursos del entorno, y poseían dotes paranormales que transmitían genéticamente a su progenie en menor o mayor grado. La novela envuelve a la Casta Azul de un halo eterno e inmortal, aunque en verdad no lo fueran.

Por otra parte, la peculiar pigmentación de su piel y de su sangre (el chalchíhuatl o "agua preciosa" de los aztecas) tendría que basarse en un metabolismo y en una organización interna muy diferentes de los que posee un ser humano. Por ejemplo, al igual que una abundancia de magnesio ocasionaría una coloración verde, la pigmentación azul podría deberse a una determinada concentración en su organismo de vitamina B12 (conocida también como cianocobalamina), el único compuesto hallado en un tejido vivo que contiene cobalto. O, tal vez, de cianobilina (puede encontrarse en algas y en algunos invertebrados), que contiene cobre y fija la radiación solar con mucha más intensidad que la hemoglobina, lo que explicaría las palabras que Kadham dirige a Imhotep en la página 186: "Su raza desarrolló una piel áspera, especialmente sensible a la radiación solar. También su sangre es diferente a la nuestra. Y, según parece, sus pulmones respiran el aire que nosotros expulsamos."

De hecho, la última afirmación que hace Kadham en dicha cita, acerca de la respiración de los Kuh-Chooh, pone de manifiesto que su organismo responde a un funcionamiento muy distinto. De intervenir un compuesto como el ácido cianhídrico o cianuro de hidrógeno (utilizado en diferentes ramas industriales como la manufactura de plásticos, la galvanoplastia o la extracción de metales preciosos), altamente tóxico e incluso letal para nosotros, los Kuh-Chooh podrían absorber dióxido de carbono y generar oxígeno, tal como hacen las plantas en el proceso de fotosíntesis. Por este motivo, el ambiente dentro de los edificios que habitan, provocado para su propia confortabilidad, resulta tan asfixiante para Weni Imhotep. El verdadero misterio radica en la manipulación biológica y genética que ponen en práctica los miembros de la Casta Azul para engendrar híbridos, los Tlepoc, a partir de dos organismos tan dispares y aparentemente incompatibles como los Kuh-Chooh y los Maasi.

En los fragmentos del papiro conocido como "Canon de Turín", hallado en 1822 por el viajero italiano Bernardino Drovetti en la antigua Tebas, se recoge una relación de gobernantes de Egipto desde tiempos anteriores a Menes, el primer rey de la primera dinastía, hasta la XVII Dinastía. También se menciona que en el principio de los tiempos reinaron durante once mil años un grupo de seres semidivinos llamados Shemsu Hor (se traduce como "resplandecientes compañeros de Horus"). Ésta es la historia que Kadham resumió a Weni (página 185).

Otro aspecto al que los antiguos egipcios daban mucha importancia, como ha quedado demostrado en sus obras arquitectónicas, es el conjunto de los puntos cardinales. El maestro Ledhan desarrolla una especie de danza mientras alecciona a sus alumnos de la Academia acerca del significado de las Cuatro Formas (página 38), asociadas a los cuatro puntos cardinales. Los egipcios los identificaban con los vasos cánopos utilizados para contener las vísceras durante el proceso de momificación, que a su vez representaban a los cuatro hijos de Horus: Amset, Hapy, Duarmutef y Quebehsenuf y se relacionaban con una divinidad protectora.

Sur: Vaso cánopo de Amset, con forma de hombre, relacionado con Isis. Contenía el hígado.

Norte: Vaso cánopo de Hapy, con forma de babuino, relacionado con Neftis. Contenía los pulmones.

Este: Vaso cánopo de Duarmutef, con forma de chacal, relacionado con NET. Contenía el estómago.

Oeste: Vaso cánopo de Quebehsenuf, con forma de halcón, relacionado con Selquis. Contenía los intestinos.

Tras el cataclismo, los atlantes se dispersaron y se asentaron por todo el mundo, difundiendo los nombres de sus gobernantes y también de los jueces ejecutores proclamados en los edictos de evacuación. Así trascendieron en diferentes creencias y mitologías, llegando a nuestros días como la alegoría de unos dioses paganos con entidad propia. Los nombres utilizados en la narración son, naturalmente, simbólicos y se ha procurado aproximar su pronunciación a la de los nombres de divinidades mitológicas. Expliquemos algunos:

Seth Anu: Es la unión de los nombres de Seth, némesis del buen Osiris en la mitología egipcia, y Anu, una de las cuatro divinidades creadoras en la mitología sumeria, que ejerce su potestad sobre el cielo. Si se lee de forma seguida, Setanu, se revela la semejanza con Satán o Satanás (página 292).

Wothan Theus: Es la unión de los nombres de Odín el Furioso y Zeus, dioses principales en las mitologías germánica y griega, o Malak Taus, el más importante de los siete ángeles divinos que conservan el mundo creado por Dios en las creencias yazidíes. De este modo, el juez ejecutor quedaría en la memoria de la humanidad como el dios principal, hacedor y dador de vida.

Thonar Arindra: Es la unión de los nombres de Donan o Thor, dios germánico del trueno e hijo de Wothan u Odín y defensor de los dioses, Ares, dios griego de la guerra e hijo de Zeus, e Indra, la divinidad equivalente a Thor en las creencias védicas. Esto hace considerar que la historia transformó al secretario del juez Wothan Theus en su primogénito divino.

Kron-Re: Es la unión de los nombres de Cronos, uno de los doce titanes, gobernador del universo y padre de Zeus en la mitología griega, y Ra, dios Sol, creador y regidor del universo, en la mitología egipcia.

Por su parte, el viejo Anaan, debido a su aspecto, también pasaría a formar parte de la leyenda como la "serpiente emplumada", esa deidad de origen olmeca llamada Quetzalcóatl y heredada por los aztecas.

Para concluir, la partícula Ized, usado entre los atlantes como fórmula de tratamiento reverente, pasaría al vocabulario de los persas, para los que significaba "deidad" o "ángel".

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